1. Enciende una vela y déjala que se queme hasta que tengas una buena cantidad de cera líquida (aproximadamente media pulgada o 1 centímetro).

2. Sumerge el extremo de la cabeza del cerillo en la cera lo suficiente como para cubrir al menos un octavo de pulgada (3 mm) del palo debajo de la cabeza.

3. Sostén el cerillo por algunos segundos para dejar que la cera se endurezca ligeramente y luego coloca el cerillo en una mesa o mostrador para que la cabeza esté suspendida en la orilla de la superficie.

4. Cuando la cera se haya enfriado, pero no endurecido por completo, pellizca el extremo de la capa de cera (hacia el palo), formando un sello ajustado.

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